domingo, 6 de diciembre de 2009
PRESENTACION
Cañadas de Obregón es un municipio y población del estado de Jalisco, México. Se localiza en la Región Altos Sur. Su extensión territorial es de 471.62 km2. Según el II conteo de población y vivienda, el municipio tiene 3,978 habitantes.[3] La población del municipio ha disminuido a causa de la emigración, generalmente hacia los Estados Unidos. Sus principales fuentes de ingresos económicos son la agricultura y las remesas enviadas por sus connacionales residentes en la Unión Americana.
HISTORIA
Antes de la conquista esta región estaba comprendida dentro del señorío de Coinan y sus habitantes fueron de las tribus nahoas.
La conquista española fue realizada por el Capitán Pedro Almidez Chirinos que llego a esta región en el en de 1550, castigando duramente a sus habitantes e incendiando lo que encontraba a su paso. Apareció enseguida el Capitán Cristóbal de Oñate, el cual trato de atraer en son de paz a los nativos y sentarlos en el territorio ocupado por ellos, en la región que se encuentra sitiada al sur de Nochistlan, donde se extendían los cacicazgos caxcanes y tecuexes de Mexticacan, Yahualica, Teocaltiche y Xalostotitlan.
Anos después, ya en el siglo XVII, con permiso de la Real Audiencia de la Nueva Galicia, se asentaron en estos lares grupos de españoles que, según nos cuenta el Pbro. Melano, eran hombres blancos de origen humilde y con costumbres andaluzas y extremeñas, dedicándose la mayoría de ellos a labores agrícolas y ganaderas.
La construcción de un corral en la estancia ganadera de Cañadas, fue la causa de que apareciera por primera vez en el Padrón Eclesiástico de Jalostotitlan el ano de 1728 como Capilla de Cañadas. Sin embargo, civilmente, en el siglo XVII se denomino Villa de San Bartolo, aunque no existen testimonios verificables, aparte de la tradición oral y de la presencia en la parte alta del altar de su templo parroquial de la imagen del Apóstol San Bartolomé. Posteriormente, quizá por lo accidentado de su topografía, se le llamo San Bartolo de las Cañadas. Desde 1825 perteneció al 3er. Cantón de la Barca y a partir de 1872 al 11o cantón de Teocaltiche. Durante algunos anos perteneció como Comisaria al Municipio de Jalostotitlan, hasta que por gestiones del Lic. Leandro Lomeli Gutiérrez fue elevada a la categoría de cabecera municipal por el Decreto Núm. 1016 ordenado el día 1o de octubre de 1903 por el entonces Gobernador del Estado, Coronel Miguel Ahumada, con el simplificado nombre de Cañadas, decreto al cual se le dio el debido cumplimiento hasta el día 1o de enero de 1904, figurando como Primer Alcalde Don Domingo Gómez.
Vale la pena comentar aquí que Don Domingo Gómez tuvo dos hermanos, Agapito y Balbino “El Chato”, descendientes de Don Agapito Gómez, aquel que en el ano de 1680 construyo en este lugar la Plaza de Toros, como veremos líneas adelante.
Conservo el municipio el nombre de Cañadas hasta el día 2 de marzo de 1929 cuando adquirió, por el decreto Núm. 3577, el impopular nombre de Villa Obregón en memoria de dicho general revolucionario, nombre que cambio, para variar, el día 10 de enero de 1980 cuando por decreto de la XLIX Legislatura del Estado se acordó denominarla Cañadas de Obregón.
La conquista española fue realizada por el Capitán Pedro Almidez Chirinos que llego a esta región en el en de 1550, castigando duramente a sus habitantes e incendiando lo que encontraba a su paso. Apareció enseguida el Capitán Cristóbal de Oñate, el cual trato de atraer en son de paz a los nativos y sentarlos en el territorio ocupado por ellos, en la región que se encuentra sitiada al sur de Nochistlan, donde se extendían los cacicazgos caxcanes y tecuexes de Mexticacan, Yahualica, Teocaltiche y Xalostotitlan.
Anos después, ya en el siglo XVII, con permiso de la Real Audiencia de la Nueva Galicia, se asentaron en estos lares grupos de españoles que, según nos cuenta el Pbro. Melano, eran hombres blancos de origen humilde y con costumbres andaluzas y extremeñas, dedicándose la mayoría de ellos a labores agrícolas y ganaderas.
La construcción de un corral en la estancia ganadera de Cañadas, fue la causa de que apareciera por primera vez en el Padrón Eclesiástico de Jalostotitlan el ano de 1728 como Capilla de Cañadas. Sin embargo, civilmente, en el siglo XVII se denomino Villa de San Bartolo, aunque no existen testimonios verificables, aparte de la tradición oral y de la presencia en la parte alta del altar de su templo parroquial de la imagen del Apóstol San Bartolomé. Posteriormente, quizá por lo accidentado de su topografía, se le llamo San Bartolo de las Cañadas. Desde 1825 perteneció al 3er. Cantón de la Barca y a partir de 1872 al 11o cantón de Teocaltiche. Durante algunos anos perteneció como Comisaria al Municipio de Jalostotitlan, hasta que por gestiones del Lic. Leandro Lomeli Gutiérrez fue elevada a la categoría de cabecera municipal por el Decreto Núm. 1016 ordenado el día 1o de octubre de 1903 por el entonces Gobernador del Estado, Coronel Miguel Ahumada, con el simplificado nombre de Cañadas, decreto al cual se le dio el debido cumplimiento hasta el día 1o de enero de 1904, figurando como Primer Alcalde Don Domingo Gómez.
Vale la pena comentar aquí que Don Domingo Gómez tuvo dos hermanos, Agapito y Balbino “El Chato”, descendientes de Don Agapito Gómez, aquel que en el ano de 1680 construyo en este lugar la Plaza de Toros, como veremos líneas adelante.
Conservo el municipio el nombre de Cañadas hasta el día 2 de marzo de 1929 cuando adquirió, por el decreto Núm. 3577, el impopular nombre de Villa Obregón en memoria de dicho general revolucionario, nombre que cambio, para variar, el día 10 de enero de 1980 cuando por decreto de la XLIX Legislatura del Estado se acordó denominarla Cañadas de Obregón.
ECONOMIA
El 45.82% de los habitantes se dedica al sector primario, el 25.33% al sector secundario, el 26.74% al sector terciario y el resto no se específica.[4] El 29.02% se encuentra económicamente activa.[4] Las principales actividades económicas son: agricultura, pesca, ganadería, comercio e industria.
Agricultura: se cultiva maíz, frijol y chile.
Ganadería: se cría ganado bovino, porcino y ovino.
Turismo: posee atractivos arquitectónicos y naturales.
Comercio: cuenta con restaurantes, mercado y tiendas. Predomina la venta de productos de primera necesidad y los comercios mixtos que venden artículos diversos.
Servicios: se prestan servicios técnicos, comunales, personales y de mantenimiento.
Pesca: se captura bagre y carpa.
Industria: destaca la industria manufacturera y artesanal.
Agricultura: se cultiva maíz, frijol y chile.
Ganadería: se cría ganado bovino, porcino y ovino.
Turismo: posee atractivos arquitectónicos y naturales.
Comercio: cuenta con restaurantes, mercado y tiendas. Predomina la venta de productos de primera necesidad y los comercios mixtos que venden artículos diversos.
Servicios: se prestan servicios técnicos, comunales, personales y de mantenimiento.
Pesca: se captura bagre y carpa.
Industria: destaca la industria manufacturera y artesanal.
CULTURA
SITIOS DE INTERES
FIESTAS PATRONALES
Las fiestas patronales de Cañadas, que en un principio debieron haber sido para el día de San Bartolomé, el cual quedo relegado ya que en la actualidad es Nuestra Señora de la Luz la que se venera en la Parroquia, se celebran el 2 de febrero, día de la Candelaria, con Misa cantada, bendición de velas, rosario solemne, danzas y quema de Castillo por la noche. En esta fecha, desde hace mas de cuarenta anos, se verifica en la Plaza de Toros Rodolfo Gaona una corrida formal siempre con un lleno hasta los topes; ocasionalmente suelen celebrarse para estos días algunas novilladas.
Además de esta taurina fiesta se llevan a cabo peleas de gallos en el palenque, competencias en el lienzo charro entre las asociaciones de charros de la región; en ocasiones se organizan carreras de caballos, fiestas todas ellas muy del gusto de la gente de Los Altos. Se acondiciona para estos días un salón de baile amenizado por conjuntos musicales afamados, se instalan juegos mecánicos, tianguis…en fin, se vive en toda la población un ambiente de fiesta.
En esas fechas la población se encuentra rebosante de alegrías y luciendo sus mejores galas ya que el día 1o de febrero festejan el día del Ausente y por tal motivo Cañadas prácticamente triplica su población ya que no hay familia que, a mi modo de ver tristemente, no cuente con uno o varios de sus miembros emigrados a los Estados Unidos y aprovechan estos días para visitar a su familiares, a sus amigos y a la tierra que los vio nacer.
TEMACAPULIN
Temacapulín es una delegación de Cañadas de Obregón
Temacapulín es una joya escondida. Un lugar rodeado por montañas, un río, arroyos y cascadas. El pueblo tiene 12 calles, cuenta con un panteón que data de la época de Benito Juárez y un templo con casi 250 años de antigüedad.Además los habitantes presumen al “Señor de la Peñita”, un Cristo que apareció en una roca en 1850 y que se puede ver en lo alto del cerro
Los vestigios más antiguos de asentamientos humanos el área de lo que ahora es Temacapulín datan del año 1321. Estos asentamientos seminómadas corresponden a las tribus que habitaban toda la zona de Los Altos de Jalisco, los Cazcanes y los Tecuexes, que se dedicaban principalmente a la caza, a la pesca y a la agricultura, además de a la fabricación de utensilios de piedra y de barro. La raíz del nombre de Temacapulín proviene de Temaxcalli, que significa Baños Termales, debido a la abundancia, precisamente, de estos.
Hacia 1531, el conquistador Pedro Almíndez Chirinos, llega a este lugar, acompañado de Juan de Padilla y los frailes Antonio de Segovia y Andrés de Córdoba, iniciando así la evangelización de los naturales que para entonces sumaban alrededor de 308. Y sin importar cuan agresivas estas tribus fueran, al igual que todos los demás grupos de la zona, fueron al final sometidos, entregándose los grupos de la zona de Temacapulín a vasallaje de los españoles.
Fue durante las rebeliones en Nochistlán que, en 1541, el primer virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, envió un correo al gobernador Cristóbal de Oñate para reunirse con él. El objetivo era solucionar el problema de las rebeliones en el Peñón de Nochistlán.
El virrey atravesó el Cerro Gordo, Acatique y Mexcala, bajando por el Río Verde, hasta llegar a Temacapulín, donde se llevó a cabo la reunión entre Don Antonio de Mendoza y Cristóbal de Oñate, quien iba acompañado de Miguel de Ibarra, con cincuenta soldados más. Descansaron aquí dos días, obteniendo de los naturales alimento, como el pescado bagre, y provisiones para su empresa, de la cual saldrían derrotados los españoles.
El 12 de junio de 1541, el conquistador Pedro de Alvarado, llegó a Nochistlán para fortalecer a los españoles que intentaban acabar con la rebelión. Pero igual que el virrey, sería derrotado, y moriría el 4 de julio de ese mismo año, no sin antes ordenar la destrucción total de la zona de Temacapulín y Cañadas de Obregón. A partir de entonces, Temaca sería transformada en una reservación indígena, debido a una orden del Consejo de Indias, en la que ningún español podía entrar, exceptuando clérigos seleccionados para continuar la evangelización.
Con el paso de los años, Temacapulín se desarrolló, Sus habitantes mestizos se sostenían con prácticas ganaderas y de agricultura. Para 1772, el pueblo pertenecía, a la cofradía de Jalostotitlán. Por estas fechas el obispo de Guadalajara, Fray Antonio Alcalde, establecería a un capellán para que oficiara misas, bautizos y entierros en una capilla temporal mientras se terminaba la construcción del templo principal.
El 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entraría en la Ciudad de México, consumándose así la Guerra de Independencia. En Temacapulín se celebró en grande este evento, pues ese mismo día pasaba por el pueblo un grupo de soldados independentistas que se dirigían a Guadalajara. Al año siguiente, el pueblo obtendría el rango de comisaría, y quedarían bajo su poder las comunidades circundantes, entre las que se encontraban La Venta de Pegueros, hoy Valle de Guadalupe, y la Congregación de las Cañadas, hoy Cañadas de Obregón.
Los habitantes de Temacapulín recibieron la visita de los cristeros durante la rebelión, acontecida durante los años 1926 y 1929. La reacción de la gente fue de buen recibimiento, aunque hubo algo de resistencia. Si bien no se expulsó a estos caudillos, no se los apoyó del todo, dado su comportamiento poco ético con la población.
En 1930 se culminó la creación del camino que va de Mexticacán a Tepatitlán, efectuándose una gran celebración en el poblado de Temacapulín. La región comenzaba a desarrollarse de manera más rápida, y Temaca parecía ser una de las mayores beneficiadas. Sin embargo, en el año de 1945 se creó la carretera Yahualica-Tepatitlán, relegando el camino principal que conducía a Temaca. El pueblo comenzó poco a poco a ser olvidado.
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